Seguimos de atrás a adelante hablando de películas. Pero no preocuparsen, que no me extenderé.
No vayan a ver Elegy si han tenido un mal día. Sinceramente, no entiendo demasiado la manía de Isabel Coixet por intentar hacernos llorar en sus películas. Pero a mí, Isabel, esta vez no me has pillado desprevenido, así que no derramé ni una lágrima. Ea. La historia, bien; las actuaciones, supongo que bien también (por cierto, ¿me lo parece a mí o Penélope Cruz no se doblaba a sí misma?) y las imágenes, eso sí, muy bien, todo muy triste y muy sobrio, a tono con la historia. Pero falta algo, un no sé qué que estaba en Mi vida sin mí y también, aunque algo menos, en La vida secreta de las palabras. En cualquier caso, una película lo suficientemente interesante como para no arrepentirse uno de ir a verla.
No vayan a ver 3 días si no están acostumbrados al acento andaluz. Vi esta película, estrenada este fin de semana pasado, cuando dio la sorpresa y ganó el premio más importante del Festival de cine de Málaga. Y menos mal que estaba subtitulado en inglés, porque en ocasiones era ininteligible hasta para los que somos del terreno. La historia, una sucesión de imágenes con un regusto a dejavù o como se escriba que echa para atrás. Las actuaciones, esta vez sí puedo decirlo, buenas, así como la ejecución. En el apartado negativo: la acumulación de elementos en la historia (la mezcla de meteoritos y asesinos es un tanto extraña) y el desarrollo de la historia, a trompicones, en ocasiones lenta y en ocasiones, rápida. Y, además, a mí me pareció un poco difícil de seguir, aunque no sé si se debía a que me había embrutecido súbitamente por ver inmediatamente antes la película que sigue.
No vayan a ver Fuera de carta si van buscando una película de culto. Dicho esto (no creo que nadie vaya con tales expectativas), es una película correcta, con una historia intrascendente que pasa a un segundo (o tercer) plano casi en el momento de empezar. Las risas, eso sí, están aseguradas, en ocasiones mediante momentos más ingeniosos que otros, aunque está claro que no pasará a los anales del cine español, o al menos eso espero. Me preocupa, para terminar con esta película, que haya tenido un sitio en el Festival de cine de Málaga, porque buena, lo que se dice buena, no es. No creo que sea digna de un festival como el de Málaga pretende ser.
Y, por último, no vayan a ver 14, Fabian Road porque no la han estrenado todavía. Cuando la estrenen, en caso de ir, vayan bien descansados y eviten a toda costa la sesión golfa, porque ir al cine para dormirse una película es una pena. En la película de marras la historia se desarrolla con demasiada, en ocasiones excesiva, lentitud, pero es una película que deja una agradable sensación, la de encontrarnos ante una obra cuidada, bien pensada, con unas imágenes bellísimas y unas actuaciones bastante buenas (creía que se llevarían algo en el Festival de cine de Málaga). Por lo demás, no sé cómo había podido pasar desapercibida hasta este momento para mí la belleza y el encanto de una de sus protagonistas, Julieta Cardinali. Por cierto, Julieta, que si lees esto porque estás buscando mi dirección de correo electrónico, la podrás encontrar en la esquina superior derecha de esta página. Y sí, sé que estás casada con Andrés Calamaro. Los hay con suerte...