miércoles, 31 de octubre de 2007

Halloween Go Home

Lo siento. De verdad que lo siento, pero es superior a mis fuerzas. No puedo con Halloween. Aquí, quiero decir. Me parece estupendo que lo celebren allí en los Estados Unidos, pero aquí no tenemos ninguna necesidad de sentir algo por una fiesta que a mí personalmente me dice bien poco y que, encima, nos viene de vuelta, puesto que era originaria de Irlanda. Que hasta hace unos años la celebración de Halloween se limitara a alguna que otra fiesta de disfraces podía tener un pase, pero es que lo de ahora pasa de castaño oscuro. Toooodas las tiendas de veinte duros y de los chinos están plagadas de detalles de Halloween. Las guarderías y colegios organizan celebraciones de Halloween (he intentando instigar a mi madre, que es profesora, para que hoy haga de esquirol en la fiesta de su colegio) y nos empiezan a meter por los ojos las calabazas, los disfraces, las telarañas e incluso la bonita tradición consistente en ir disfrazado por las casas del barrio pidiendo chucherías a la voz de la horrenda (e incorrecta) frase «Truco o trato». El que abajo suscribe, la verdad sea dicha, celebró Halloween como uno más cuando estuvo en los Estados Unidos, haciendo lo de la calabaza, participando en lo del Trick or treat y disfrazándose de vampiro sueco, pero, mil perdones, eso aquí pega tanto como celebrar San Guivin.

En otro orden de cosas, desaparezco del espacio virtual... por unos días (¡falsa alarma!, no es definitivo). Intentaré hacer de cicerone por Málaga y alrededores, así que esperemos que se dé bien. Mientras tanto, que disfruten del puente y sigan siendo buenos. La semana que viene, más y (esperemos) mejor.

martes, 30 de octubre de 2007

Habemus Ikeam

Hace unas tres horas abrió el Ikea de Málaga. Una locura: la gente apostada para ser los primeros en entrar desde anoche, todo el mundo expectante y, terror, se prevé el colapso total de la carretera que lleva al Ikea y que, además, lleva a casi casi cualquier sitio: Torremolinos, Benalmádena y demás, aeropuerto, playas, centros comerciales y polígamos industriales. Una maravilla, vamos.
Es curioso que quien se anuncia como "la república independiente de tu casa" termine instaurando una dictadura en materia de decoración. Viva la homogeneización del hogar, diría yo. Pero, por si acaso, no hablaré mucho en su contra, que me conozco y sé que soy carne de Ikea.
En cualquier caso, lo recibo ahora mismo con tambores destemplados, porque creo que no llega en el mejor momento para el tráfico de Málaga. Y me ha gustado mucho (es irónico) la (vana) esperanza de las autoridades y el propio Ikea: Confían que mucha gente vaya allí en transporte público, y para ello ofrecen un descuento del 20 % en servicio de envío a domicilio. Un ofertón que nadie puede dejar escapar, vamos. Y, como aquí el coche no nos gusta apenas, no, seguro que todo el mundo irá allí en Cercanías y los aparcamientos estarán vacíos vacíos. Estoy convencido de que si el teletransporte fuera gratuito seguiríamos yendo en coche a todos lados...
¡Saludos!

viernes, 26 de octubre de 2007

Los 300

No me refiero a la película, que conste, sino a los 300 euros que he logrado atesorar desde el 6 de enero del corriente. Qué poco gana este hombre, pensaréis. No, no es eso (bueno, sí, pero no viene al caso). Paso a explicarlo:

Corría la tarde del día seis de enero. Tetería de la calle san Agustín. La noche empezaba a cubrirnos con su oscuro manto.... Se nota un poco que éste no es mi estilo, ¿no? A ver si éste sí: Tras la fiebre consumista de las Navidades, over a coffee, unos amigos me contaron un curioso juego que os puede llevar a la risa pero a saber si al final lo termináis haciendo. Consiste en buscar un algo que te quieras comprar pero que realmente realmente no necesites. Ése es el objetivo. La forma de llegar a él: ir guardando todas las monedas de dos euros que caigan en tus manos. Todas. Es una variedad del típico propósito de "Todos los días guardo un euro" pero sin tan mala sombra (no hay que quitarse de fumar ni dejar los cafeses) y con la novedad de la entrada en juego de la variable azar, que por lo menos le da un poco más de emoción. Pues bien, 150 moneditas son las que han entrado en mi bolsillo y lo han abandonado para ir a reposar a mi taza con el logotipo de cuando el MoMA estuvo en Queens. Y lo mejor de todo, no he hecho trampa. Ni siquiera esa vez que, para pagar los [censored] 1,50 euros del aparcamiento del aeropuerto, la gentil máquina tuvo a bien devolverme la vuelta, 18,50 euros, desglosados en una moneda de cincuenta céntimos y nueve (sí, nueve) de dos euros. Eso sí, todos ellos relucientes. Y sí, cuando me alejaba hacia el coche la máquina seguía riéndose la muy.

¿Mi objetivo del juego? Se me olvidaba: un viaje. Cuando empecé no sabía adónde. Ahora, sí: para el Camino de Santiago (aka Operación Vieira). Hasta julio, todavía me quedan unos meses para seguir "jugando". Pero tengo que utilizar una taza nueva, que ésta ya la tengo a rebosar. Para cumplir mi propósito, sólo queda una cosa: que no le dé a todo el mundo por hacerlo, porque entonces comenzarán a escasear las monedas de dos tanto como lo hacen los billetes de 500.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Y gratis

Saludos a todos:

Qué culturales estamos esta semana. Primero hablamos de teatro el lunes, hoy de museos, ya sólo falta que cambie el libro que afirmo que "estoy leyendo" desde el principio de mis días por uno de poesía persa que, por supuesto, no tengo por qué conocer.

A lo que íbamos: mañana se cumplen 126 años desde que nació el malagueño más insigne de Málaga (de dónde si no). No es ni éste ni éste tampoco, sino Pablo Picasso. Tal efeméride cierra las supuestas celebraciones del 125.º aniversario del nacimiento del pintor. Decimos supuestas porque, perdónenme, yo no he visto diferencia con respecto a otros años. Pero no voy a seguir por aquí porque me indigno y al final me voy sin contar que mañana jueves el Museo Picasso Málaga (aka Museo Picachu) es gratis. Del todo y para todos. Por lo tanto, para los que mañana estén por aquí y tengan tiempo, les recomiendo que no dejen de pasarse para ver la nueva exposición temporal, disfrutar de su galardonada arquitectura, ver las murallas fenicias de su sótano, tomarse un café en su agradable patio o, en definitiva, darse cuenta de que, por fin, tenemos un museo del que deberíamos sentirnos orgullosos. Y al tiempo que hacemos todas esas cosas nos estaremos ahorrando ocho eurillos, que nunca viene mal. Si váis, por allí nos veremos. Espero.

lunes, 22 de octubre de 2007

Larga vida a la revista (si todas van a ser como ésta)

Saludos a todos:
Ya está bien de hablar de lo que gira alrededor de uno, que me (y os) canso tela. Lo sé.
El viernes pasado tuve la dicha (previo afloje de 24 ebros) de poder de ver nuevamente a La Cubana en acción en el Teatro Cervantes. Para quienes no conozcan a La Cubana, son un grupo catalán de teatro que cumplió 25 años en 2006. Y qué mejor forma de celebrarlo que reponer la que, dicen, ha sido su más aclamada obra hasta la fecha: Cómeme el coco, negro (pocas veces la coma del vocativo había sido tan importante). Ya pude verlos anteriormente con dos montajes, Cegada de amor y Mamá, quiero ser famoso. El primero de ellos, totalmente recomendable; el segundo, no tanto.
El caso es que el viernes volví al teatro y durante un buen rato me dejé las preocupaciones, los malos ratos y el cansancio acumulado de toda la semana más allá de la plaza de Uncibay. Y eso, a veces, viene bien. Prometo que me estoy mordiendo el teclado para no desvelar nada de la obra, pues cuanto menos se sepa de ella, muuuucho mejor. Solamente diré que es una revisitación al género de la revista (que tan poco me atrae) con mucha ironía y unas buenas dosis de guasa y cachondeo generalizado. Pero mejor lo dejamos aquí, que me conozco y no es plan de dar pistas. Solamente añadiré una cosa: si pasa por vuestra ciudad, NO DEJÉIS DE VERLA. No me gusta gritar, pero en este caso no me queda más remedio que hacerlo.
Que pasen un buen principio de semana.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Filosofía y Grietas

Ya me gustaría a mí ser el descubridor de ese fabuloso nombre para definir el sitio donde me gano el pan cotidiano. Pero no, no es mío, aunque lo incorporaré de inmediato a mi vocabulario.

El caso es que no es difícil deducir que la Facultad no está pasando por su mejor momento. A las consabidas grietas (y desconchones) podemos unir algunos servicios averiados, una biblioteca indescriptible y la gran novedad para el curso académico 2007-2008: la fundición (¿es correcto así?) de sus bombillas. El caso es que, al caer la noche, mi planta es tomada literalmente por las tinieblas: de cinco bombillas de mala muerte ahora sólo quedan tres (las tres, por lo demás, lejos de mi puerta). Menos mal que uno es valiente (vi El orfanato y no me costó dormirme) y no se amilana. Pero, ¿a qué esperan para cambiarlas? ¿A que empiecen a producirse actos luctuosos? ¿Y si alguien tiene cuentas pendientes de ajustar conmigo (y yo sin saberlo)? A partir de ahora, por si acaso, no me separaré de mi nuevo casco de minero.

lunes, 15 de octubre de 2007

En el ex economato

Me han pillado. Hasta la fecha, sólo dos personas sabían que tenía un blog. Bueno, me conocían por fuera (y desde antes) del blog y sabían que éste era mi blog. Hasta el viernes, cuando me cazaron. Un mensaje en el correo lo dejaba todo claro: «Sé la respuesta del concurso. Exijo mi cerveza». Así que mi deseo de permanecer en el economato se ha visto parcialmente afectado. Y digo yo, ¿es malo que la gente sepa que tienes un blog? ¿O es algo necesario, ese punto un poco vanidoso que, para qué negarlo, todos tenemos? Por una parte, es bueno saber que hay alguien al otro lado. Pero, por otra, el hecho de ser un escribiente anónimo que escribe para otros tantos lectores anónimos (al menos para mí) te permite escribir las cosas con más libertad (y eso que soy comedido), pues no te ves forzado a decir cosas que no quieres decir.

No, ni dejo esto (¡lo siento!) ni tengo pensado clorarme para seguir escribiendo en otro blog desde una nueva situación de economato. Aunque, ahora que lo pienso...

En cualquier caso, lo peor de todo es que me va a costar una cerveza.

sábado, 13 de octubre de 2007

Maestros del marketing


Gran acontecimiento en el Circo Wonderland
El famoso artista M. J. (no, no es María Jiménez, fíjate en el artículo masculino. No, tampoco es Mick Jagger. Exacto, ése sí) estará firmando ejemplares de su último sencillo esta tarde en el circo Wonderland, instalado en el Recinto ferial.

Reflexión del día: El lumbrera al que se le ocurrió ponerle este nombre a un circo es familia directa, seguro, del iluminado que estaba convencido de que las ventas del Mitsubishi Pajero serían un éxito aquí con semejante nombre. Del indescriptible lema hablaremos otro día.

miércoles, 10 de octubre de 2007

102-99

O de cómo el lema I love this game se hizo más real que nunca. Ésta es una situación provocada cuando el equipo favorito de tu deporte favorito le gana a todo un Memphis Grizzlies en el Martín Carpena. Nunca, hasta ayer, me vi silbando a un equipo de la NBA. Pero lo que nunca había pensado es que el Unicaja se podría imponer (aunque sea por tres puntos) al equipo de los Gasoles, Navarros y compañía. Sí, sí, los Grizzlies serán de lo peorcito de la NBA, están en pretemporada y mil cosas más (el cambio de moneda desconcentra, argumentará alguno), pero los nuestros tuvieron que hacerse a las formas de los estadounidenses (por ejemplo, línea de tiros de tres, pasos, tiempos muertos y cuartos más largos). Pero se adaptaron tan bien que ganaron. Y al final eso es lo que cuenta, ¿no?
¡Saludos!

lunes, 8 de octubre de 2007

León, qué hermosa eres...

Y qué lejos te han puesto. La semana pasada, lo que parecía que iba a ser un aburrido viaje académico terminó convirtiéndose en una especie de road movie con escasa acción pero numerosos momentos divertidos. El viaje, un verdadero horror con tantos kilómetros uno detrás de otro y tantos litros y litros de agua. Lo bueno, que tras la carretera venían las paradas gastronómico-culturales. Muy bonita León, sí señor, y muy buena comida. Lo mismo digo de Toledo, Rueda y Medina del Campo, de donde se adjunta documento gráfico (concretamente, del Castillo de la Mota). Espero que cuando haya que volver, por lo menos, haga mejor tiempo.
No quiero terminar este mensaje sin agradecer la labor realizada por la Guía Campsa. ¡Gracias! Sin ella, seguría perdido todavía por la M 50.
¡Saludos!