jueves, 27 de septiembre de 2007

Querida lonchera:*


Me cuesta creer que hayamos estado juntos casi casi dos años. Cómo pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando te localicé, en el fondo de un armario, donde dormías el sueño de los justos porque yo creía que nunca sería "uno de ésos que tiene que comer en el trabajo". Pero ahí estabas tú, esperando pacientemente a que algún día pudieras cumplir el objetivo que te marcaste cuando saliste de Honk-Kong o de Taipei o de yo qué sé dónde (que ésa es otra, en todo este tiempo no he podido saber de dónde procedes realmente). Cuántos días juntos, ¿verdad? Cuantos momentos compartidos, algunos de ellos malos, pero siempre has estado ahí. Incluso después de aguantar que durante algunos días te cambiara por La Otra, como tú la llamas, esa lonchera tan moderna y tan colorida que me trajeron de Londres. Pero cuando volví a ti, ahí estabas, despechada, pero ni siquiera un mínimo reproche salió de tu cremallera.


Creo que algo has oído ya. Pues sí, el viernes se acabó todo. Dejo este trabajo, volveré a tener algo más de libertad de horarios y podré comer en casa. Sé que te lo han comentado el resto de loncheras de la oficina y que en el fondo te alegras, que estabas ya cansada de tanto madrugar y de tirarte siempre medio día sola en el maletero del coche.


Gracias por conservar las lentejas y demás platos y por soportar mancharte tú para que no me manchara yo (o mi coche). A partir del viernes, se me olvidó comentarte, tendrás que compartir armario con La Otra. Ya verás cómo te terminas llevando bien con ella.


Que sigas bien,




P.D.: Por cierto, mañana tocan fideos de arroz con verduras y albóndigas. Son dos tuppers que están en la nevera, pero ya te los doy yo por la mañana.

*lonchera (del inglés lunch). Dícese del recipiente que se emplea para transportar la comida. Dícese también de la bolsa negra de asas que he usado durante dos años día sí día también para llevar la comida a la oficina.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

¿Lo qué?


Breve manifiestación para comunicar que sigo vivo, que septiembre como siga a este paso me va a llevar por delante y que, por fin, han dicho algo sobre el "festival" AV 2007. Y para lo que han dicho, mejor que se hubieran callado, porque vaya tela los grupos que han anunciado: Rihan Sheehan, Chin Up Chin Up y Fridge. Famosos, ¿verdad? Vamos, fijo que ni sus padres saben que tienen un grupo. Y las canciones que cada uno de estos grupos tienen en sus respectivos Maiespeis no dicen mucho a favor ni de ellos ni del figura al que se le ha ocurrido traerlos. Y sí, hace falta un toque de genio y mucho valor para moverse en la dirección opuesta. Pero para esto, mejor dejar que nos lleve la corriente. Queda, de todas formas, un poco de esperanza: abajo, en chiquetito, dice "Avance de programación". Todavía estamos a tiempo de poder quitarle las comillas a "festival". Seguiremos informando.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Depresión pre postvacacional

Queridos todos:
Volvemos a la cruda realidad del mes de septiembre, mes lleno de alicientes donde los haya... (estoy siendo irónico, claro). De todas formas, que me quiten lo bailao (no mucho), lo visitao (algo más) y lo bañao (de eso sí). Mi mes de agosto, por fin después de yo qué sé cuántos años, ha sido realmente un mes de no hacer naaaada. Y lo bien que se siente uno sin hacer nada, ¿verdad? Lo malo es que mi cuerpo, el martes o miércoles pasados, se dio cuenta ya de que algo se barruntaba: agosto tocaba a su fin, lo cual, horror, quiere decir que se avecina la vuelta al cole y a la oficina y a los madrugones y al hastío. De ahí que mi depresión postvacacional se haya adelantado y se haya convertido en una depresión previa a sí misma. Qué malito estoy. Pero lo peor de todo es que me espera un mes de septiembre a g o t a d o r. De verdad, no es por quejarme, pero me da a mí que ni clorándome voy a ser capaz de hacer todo lo que tengo que hacer este mes. Si hay algún alma caritativa que desee echarme una mano, que se manifieste.
Por lo demás, todo muy bien, la feria la sobreviví este año sin grandes dificultades (es lo que tiene ser moderadamente feriante), la estancia en La Rioja fue de lo más grata y mis repetidas, casi enfermizas, visitas a la playa han hecho que esté ahora más cerca del mulatismo que de la raza aria. La envidia que voy a dar mañana en la oficina, jeje. De lo segundo os contaré, per farla breve, que se limitó a dormir, comer y visitar. Un castigo para el cuerpo, vamos. Gracias a la tranquilidad excesiva de Muro en Cameros (donde en invierno viven sólo dos familias), las noches fueron verdaderas curas de sueño. De la comida poco se puede decir con palabras, sólo que cada vez que nos sentábamos a la mesa parecía eso una Última cena detrás de otra. Y de las visitas, que han tocado el lado rural (he visto unos hayedos fabulosos, los paisajes eran realmente bonitos y he visitado un pueblo, Avellaneda [cf. imagen 1], que lleva ya más de treinta años abandonado -un poco desolador, pero interesante-) y el urbano (estuvimos en Nájera, Cañas, Santo Domingo de la Calzada, Leiva, Haro, Logroño y Elciego, más la visita del último día a Bilbao, donde tuvimos el enésimo encontronazo con el sector servicios bilbaíno [no me gusta generalizar, pero me lo están poniendo a huevo...]). En definitiva, seis días más que divertidos, que espero que se repitan en próximas convocatorias. ¡Ah! Me sirvieron también para descubrir ya empíricamente que el año que viene lo que quiero absolutely hacer es el Camino de Santiago. Para mi cumpleaños (uno de las pocas cosas buenas que presenta el mes corriente) ya me he pedido un podómetro y una guía. No soy fiebre yo cuando me lo propongo, no.
Por lo demás, el resto de mis días los he dedicado a ponerme a remojo, tanto que juraría que he menguado unos centímetros y todo. Pero es que han hecho unos días de playa por aquí im presionantes en (de Oeste a Este) Tarifa, Cala de la Sardina, Marbella, Fuengirola, Málaga y Maro. De verdad.

Volvemos a la cruda realidad del currante pluriempleado. Pero hasta octubre. A partir de ahí, seré currante a secas. Y desde marzo o por ahí, funcionario. Qué ganas de que llegue eso. Que tengan buen principio de mes. Y no le griten a sus jefes, que ellos también preferirían seguir de vacaciones.

P.D.: Una caña para quien sepa qué monumento es el de la imagen 2. Pero tiene que venir aquí a por ella, claro.